Cuando empezamos a trabajar después de terminar nuestra etapa estudiantil, muchas veces tenemos la inseguridad de ser capaces de hacerlo bien, hay muchas dudas y preguntas que en ese momento no tiene respuesta, la incertidumbre es grande, ya que son los primeros pasos como profesional en tu vida, y algunas veces esto puede marcar tu ruta laboral en el futuro.
Empezaba mi práctica profesional el año 2002, la hice en una compañía pequeña, con el objetivo de iniciar mi incursión en el campo laboral, mi decisión era basada en aprender más de la micro empresa, donde las personas no hacen solo su trabajo, sino que son una especie de malabaristas que cumplen diferentes funciones por el bien del equipo.
Mi primer proyecto fue desarrollar el sistema de cobranzas de un importante colegio en Santiago, a cargo de la operación estaba el jefe de proyecto y nuestro lugar de trabajo era en las oficinas del establecimiento educacional. En esta iniciativa, me dediqué a entender cómo funcionaba el sistema de cobranzas anterior, para poder desarrollar un sistema de calidad que cumpliera las expectativas del empleador según sus requerimientos que provenía del sistema antiguo.
Me reunía con el usuario tres veces por semana, lo que me dio la seguridad para entender que el sistema que estábamos desarrollando tenía fallas y presentaría errores al momento de hacer las pruebas. Por ello le planteé el tema a mi colega y a mi jefe, este último se molestó, y me dijo que no converse con el usuario, que no tenía razón y no quería hacer ningún cambio.
Me sentí tan frustrada, mis esfuerzos y preocupación por hacer un buen trabajo, mejorando los resultados eran rechazados en mi cara, pensé que por ser una estudiante en práctica era sub estimada, lo que me hizo pensar en renunciar.
Dicen que es mejor no pensar en caliente, consultarlo con la almohada, un buen descanso ayuda a ver las cosas con otra perspectiva. Al otro día me levanté más motivada, decidida a tomar acción para abordar el problema, y me atreví a hablar con el gerente de la empresa quien era nuestro contratante.
Le expliqué las fallas del sistema y él entendió claramente el problema que había encontrado, concretamos una reunión con el jefe de proyecto, el gerente de la empresa conversó con mi supervisor y le explicó que los errores debían ser resueltos, y que como yo sabía cómo funcionaba el sistema, me dejó como encargada del proyecto, dejando al ahora ex jefe como mi asistente. Esto lo enfureció, cómo una practicante, sin experiencia laboral podría haber “saboteado” su trabajo, el ego es nuestro peor enemigo.
Creo que este hecho marcó mi forma de ver el trabajo, dejar de dudar de mi misma y tratar de hacer mi mejor esfuerzo, la frustración es parte de la naturaleza humana, el desafío es no dejarnos llevar por ella. Cuando sentimos que chocamos contra un muro, debemos poder ver las cosas con una perspectiva más amplia, y luego tomar las acciones que creamos adecuadas, así nuestros obstáculos se convierten en posibilidades.
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