Sé que estás ahí.
Escucho tu voz.
Siento tu presencia.
Me susurras que no soy capaz.
Me limitas a avanzar.
Déjame pensar a mí, porque ya te descubrí.
He decidido amiga, caminar junto a ti.
Dejo de creer que es sólo la suerte.
Confío en seguir teniendo logros.
Me acepto como soy.
De vez en cuando te escucho…
Deja de inducirme, te advierto.
Sólo converso contigo.
Sigo creciendo, muy segura, con extensos pasos.
Gracias por este camino.
Me has enseñado y aprendí a conocerte.
También descubrirme teniendo la oportunidad de enfrentar retos y desafíos día tras día.
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