Ayer muy temprano llevé a mi mamá donde realiza sus ejercicios de kinesiología. Ya volviendo, manejaba concentrada con cierta tensión y seriedad, mientras pensaba en las actividades por realizar en el día.
De repente, al detenerme en un semáforo, entre tanta publicidad, distinguí un cartel en un auto con el mensaje:
“No puedo cambiar el mundo, pero si puedo hacer mejor el trocito que me toca…”
Desconocido
En un instante, como si fuera una magia, ese mensaje me transmitió calma, paz, al tiempo que sentí fluir una sonrisa muy intensa para mí.
Tan intensa que fue un cable a tierra.
Mi rostro social cambió y chispas de optimismo brotaron de mí.
¿Qué mensaje recibiste y te cambió el ánimo?
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