Elisa y Jimena son compañeras de trabajo de una prestigiosa corporación, ellas están contentas ya que sueñan con poder superarse a sí mismas y hacer una ascendente carrera, seguras que el esfuerzo lo puede todo, por ello no dudan en hacer continuamente horas extraordinarias, hasta altas horas de noche, seguras que sus superiores valorarán toda la energía que ponen en hacer su labor de forma exitosa.
Al pasar los meses se dieron cuenta que su compromiso total con la organización no era un tema, a nadie le importaba cuanto trabajaban o el esfuerzo que ponían en ello, era como si no existieran, figuraban solo como un número dentro de una mar de empleados que hacían labores mediocres y que muchas veces se adjudicaban los logros de ellas, sin destacar el papel que Elisa y Jimena habían jugado para que las metas se cumplieran.
Así fue como al ir decepcionándose de su entorno, fueron alienándose, dejando sus coloridas esperanzas de un futuro mejor para dar paso a las grises paredes de sus oficinas, el emocionante anhelo de ser reconocidas se esfumó, ahora sólo miraban el reloj para ver la hora de salida sentadas en escritorios frente a pantallas en blanco, su creatividad había caído en picada, la pasión inicial desembocó en un estado de hastío.
Pronto llegarán otras Elisas y Jimenas ¿podrán ellas ganar a la máquina del conformismo y volver a prender la llama de la superación?
1 Comentario
De cierta manera, todos pasan por la etapa de ser Sísifo; tienen que esfumarse de ahí si pueden !